Sábalo (Alosa alosa)

SÁBALO CRUZA RÁPIDO Valga el juego de palabras para este pez de cuerpo esbelto y fusiforme. Habita los tramos fluviales más profundos, pero durante la migración pre-reproductiva puede recorrer distancias considerables, viéndose obligado a cruzar tramos someros y rápidos. Es en este momento cuando es más observable, y vulnerable. Especie excepcional, con una biología singular, y grandes amenazas. En las siguientes fotografías se describirá su historia reciente en un tramo del curso medio del río Guadiana.	SÁBALOS FUERA DEL AGUA Estos ejemplares de sábalo, hembra y macho, fueron capturados en el tramo medio del río Guadiana. El fondo de la fotografía, carente de interés, fue recortado.	QUILLA VENTRAL El sábalo se caracteriza por la disposición de las escamas en la línea media ventral, formando una quilla.
OJOS Y OCELOS El sábalo tiene ojos con párpados adiposos. Y lo que parece un segundo ojo, que es en realidad una mancha postopercular que puede verse seguida de otras en número variable. Este sábalo fue capturado, fotografiado y devuelto al río Guadiana. Ello permite un detalle de otro modo difícil de conseguir. El fondo de la fotografía, carente de interés, fue recortado.	BOCA Y BRANQUISPINAS El sábalo presenta espinas branquiales o branquispinas finas, más largas que los filamentos branquiales, y muy densas.	BRANQUISPINAS El primer arco branquial permite diferenciar al sábalo (A. alosa) de la saboga (A. fallax). La primera tiene branquispinas numerosas, alargadas y densas (60-130), mientras que la segunda las tiene más ásperas, osificadas y separadas (20-45).
ONDAS EN EL AGUA En el curso medio del río Guadiana, iniciado el mes de abril, misteriosos organismos se mueven cerca de la superficie, dibujando ondulaciones en el agua. La falta de transparencia y el reflejo del cielo los ocultan de la vista, apenas mostrando rastros de su comportamiento.	EXTRAÑAS SILUETAS La superficie del agua acaba dando forma a extrañas siluetas. Blancuzcos pinceles que apenas emergen de la superficie dibujan fugaces estelas de agua. Movimientos repentinos, vigorosos, se suceden allí donde la profundidad mengua y la corriente se intensifica. ¿Qué extraños animales son estos? Evidentemente peces, pero ¿de qué tipo? Unos dicen que barbos, otros que carpas, otros que vete tú a saber…	BLANCO Y NEGRO Vistos más de cerca, se aprecian dorsos oscuros rematados por lo que parecen dos líneas más claras. La turbidez del agua típica del Guadiana medio generalmente apenas da para divisar poco más que efímeras estelas. Pero sí da para amplios debates entre pescadores y curiosos en general. Debates que oscilan entre que “esos peces nunca los ha habido aquí” y que “los ha echado la Junta”. Menos son los que sí saben de qué se trata.
LOS HAY OSCUROS Contribuye a la confusión el hecho de que algunos ejemplares aparentan ser muy, muy oscuros…	Y TAMBIÉN CLAROS …mientras que otros parecen notablemente claros. ¿Se trata de la misma especie?	CLAROSCUROS Aún más de cerca, aunque aún de forma confusa tras el velo del agua, es visible una diferencia entre el dorso más oscuro y el vientre más claro.
LUZ, MÁS LUZ También claras son las aletas dorsal y caudal, no infrecuentemente visibles fuera del agua cuando estos peces cruzan rápidos (en la zona denominados correntones) someros. Esto explica las formas blancuzcas y fugaces que asomaban a la superficie del agua cuando la turbidez ocultaba todo lo demás.	VIAJE EN GRUPO Otra característica que salta a la vista es que estos peces raramente nadan solos. Lo más frecuente es observarlos en grupos más o menos numerosos, sobre todo cuando cruzan un rápido.	¿CUATRO OJOS? En las raras ocasiones en que la turbidez del agua disminuye, otra curiosa particularidad se hace visible. Parece que cada lado del animal tuviera un segundo ojo, o al menos un punto oscuro y grande. A veces parece que no sólo uno, sino una serie de menor tamaño.
¡SON SÁBALOS! En ocasiones todavía más raras la turbidez disminuye aún más. Mientras que los peces cruzan aguas someras, ya no queda duda. Efectivamente, ¡son sábalos! En la zona también llamados sabaletas.	MIGRACIÓN EN GRUPO	MIGRADORES FLUVIALES Aguas claras y someras revelan la diferencia notable entre dos especies similarmente migradoras pero por lo demás muy distintas: sábalos y barbos. Sin embargo, sólo un ojo más entrenado las distingue en aguas turbias, que apenas descubren una fracción del dorso mientras que ocultan de la vista todo lo demás. Son peces de tamaño comparable, aletas dorsales similarmente cortas y comportamientos vigorosos en los rápidos durante la primavera-verano.
PEZ A LA VISTA El comportamiento de nadar en superficie y en aguas someras durante la migración reproductora, hace afortunadamente posible ver a una especie por lo demás muy críptica. En otoño e invierno el sábalo ocupa aguas profundas, donde sus evoluciones escapan a la observación. Salvo con técnicas como la captura de ejemplares, alterando su comportamiento natural. O el sónar, que tiene sus particulares dificultades.	VIAJE EN GRUPO Grupos de sábalos remontan los cursos principales del Guadiana medio en la primavera-verano. En algunos tramos, el curso principal se divide en subcauces más pequeños, como este. Sin embargo, el sábalo sólo remontará los cursos de mayor tamaño o, como en este caso, uno de los brazos en que se dividen.	VIAJE INCIERTO Por la fragmentación natural (Pulo do Lobo) y artificial (Alqueva), la población de sábalos del Guadiana medio es completamente fluvial, no pasa por un periodo marino. Aun así remontan curso arriba para desovar. Estos ejemplares tendrán grandes dificultades para rebasar los azudes que hay junto a la ciudad de Badajoz. Sus escasamente eficientes escalas apenas lo facilitarán. Y aguas abajo está el embalse de Alqueva. Es una población cercada y muy amenazada, probablemente en declive.
GRUPOS DE CONVENIENCIA Los sábalos son gregarios cuando migran. Pero estos grupos no son ni mucho menos estables, sino dinámicos. Se fragmentan y fusionan conforme los ejemplares individuales, o grupos más pequeños, se separan o reúnen.	DIFÍCIL FOTOGRAFÍA La turbidez dificulta la fotografía de sábalos en su área de distribución fluvial. Sobre-expongo todo lo posible (sin romper el histograma) para obtener la mayor cantidad de información posible. Contrastar la fotografía tiene el efecto de incrementar la “visibilidad” a través del agua, y también el detalle, pero sin alcanzar niveles claros y oscuros extremos. El contraste satura los colores diferencialmente, haciendo necesario desaturar todo el espectro o determinados colores.	JUNTOS, NO REVUELTOS Tanto llegan a juntarse los sábalos que a veces tienen que sincronizar sus movimientos para mantenerse cerca, pero sin chocar.
UNA VENTANA ACCIDENTAL ¡Qué escasas son las ocasiones en las que el río Guadiana revela sus secretos! ¡Cuán raras las oportunidades de observar peces, como los sábalos, con detalle!	BAJO EL VELO DEL AGUA Un sábalo remonta el río Guadiana junto con otros ejemplares durante la migración pre-reproductiva. Sólo en muy raras ocasiones es posible fotografiar sábalos remontando el turbio tramo medio del río Guadiana. Hasta seis años después no se han vuelto a repetir las condiciones de este día. La existencia de azudes, prácticamente infranqueables para esta especie pese a la instalación de varias escalas, los expone a diversas amenazas..., y al fotógrafo.	OJOS MÚLTIPLES Detalle de la cabeza de un sábalo, y el flanco de otro, mostrando sus manchas oceladas.
CRUZANDO RÁPIDOS Los sábalos remontan el río Guadiana cruzando en su camino rápidos someros y con elevada corriente. Es en estos lugares donde son más visibles, y vulnerables. Los sábalos también ocupan los rápidos por un tiempo, hábitat donde pueden mantener la posición contra la corriente por periodos prolongados. Considerando el gasto de energía que ello implica, bien pudiera tener como objetivo la alimentación filtradora. Las siguientes fotografías ilustran estos tipos de comportamiento.	CRUZANDO RÁPIDOS	CRUZANDO RÁPIDOS Los tramos de corriente que atraviesan los sábalos pueden ser demasiado someros como para mantenerlos dentro del agua.
CRUZANDO RÁPIDOS	SÁBALO EMERGE La determinación de remontar los ríos para reproducirse hace que los sábalos no duden en cruzar rápidos muy someros. Hasta el punto de emerger más de la mitad del cuerpo, exponiéndose gravemente al peligro de la predación.	CRUZANDO RÁPIDOS Este sábalo remonta veloz uno de los subcauces en que se divide el río Guadiana a la altura de la ciudad de Badajoz.
SÁBALO VARADO Los sábalos realizan movimientos muy vigorosos en sus evoluciones en rápidos veloces y someros. Este ejemplar se pasó de largo, quedando medio variado entre las rocas de la orilla. Afortunadamente retornó al río, es de suponer que con el susto en el cuerpo.	EN (BUENA) COMPAÑÍA Sólo ocasionalmente se encuentran sábalos solitarios. Usualmente se desplazan en grupos, que se fusionan y deshacen al rápido ritmo de sus vigorosos movimientos. En sus evoluciones, un sábalo siempre buscará a otro junto al que nadar.	EN (BUENA) COMPAÑÍA
EN (BUENA) COMPAÑÍA	FLANCOS MOTEADOS Las evoluciones de este sábalo en aguas someras revelan los numerosos ocelos oscuros que orlan su flanco. Más allá del primero, su número y resalte son caracteres muy variables entre individuos, no indicativos de especie, sexo o edad.	FLANCOS MOTEADOS
FLANCOS MOTEADOS	SÁBALOS EN LA FRONTERA En el río Guadiana, los sábalos se mantienen por periodos prolongados en la frontera entre pozas y rápidos. La energía gastada en este comportamiento se ve probablemente recompensada, pues respecto a la poza el mayor caudal beneficia su alimentación filtradora, y respecto al rápido se reduce el gasto energético y el riesgo de predación. Los sábalos utilizan ambos tipos de hábitat… y su frontera.	SÁBALOS EN LA FRONTERA
INFRAESTRUCTURAS Y MIGRACIONES Las infraestructuras humanas que cruzan los ríos reducen la conectividad. Esto significa que los movimientos de los organismos curso arriba o abajo se ven dificultados. Una mala noticia para los peces migradores, que necesitan remontar para encontrar los hábitats adecuados para la freza o el desarrollo. Las siguientes fotografías ilustran el caso del río Guadiana medio y obstáculos tipo azud. Aunque poseen escalas, estas son frecuentemente muy poco eficientes…	OBRAS DE PASO Las obras humanas de paso que cruzan los ríos pueden dificultar, dependiendo de su diseño, las migraciones piscícolas. En la fotografía, estos sábalos remontan sin dificultad a través de un badén, obra inundable y con orificios de tamaño suficiente, mientras el caudal lo permite.	Aguas arriba, sin embargo, los sábalos se ven bloqueados por el molino de los Moscoso. Allí se acumulan en gran número, como se puede ver en la fotografía.
OBSTÁCULO A LA VISTA Estos sábalos (abajo, a la izquierda) encuentran en su migración otro tipo de obstáculo que, más que dificultarla, puede hacerla fracasar. Es el caso de los azudes, aunque de altura muy inferior a la de las presas. Su diseño incluye una caída de agua insalvable para una especie que no salta.	ANTE EL AZUD Los sábalos se acumulan bajo el azud de la Granadilla, construido en el río Guadiana a la altura de la ciudad de Badajoz. Dividido en varios subcauces y con más de cuatro campos de fútbol de ancho, el encuentro del río con el azud de varios metros de altura constituye una enorme dificultad. ¿Cómo rebasarlo?	SIN SALIDA Estos sábalos permanecen ante el azud de la Granadilla, sin saber cómo remontar curso arriba para reproducirse. Permanecerán horas, días, manteniendo la posición, y haciendo ocasionales intentos de rebasar lo que constituye una barrera infranqueable.
SIN SALTAR Los sábalos no saltan, y si lo hicieran no podrían rebasar una altura que supera en hasta seis veces su longitud total. Una prueba que no pueden superar.	AGUAS MOVEDIZAS Cuando el sábalo alcanza un azud, la migración se pone difícil. La sucesión de rápidos y pozas se ve interrumpida por un muro infranqueable, desde el que cae un intenso aguacero (la cascada). Este chorro airea la masa de aguas abajo, las burbujas de aire la hacen menos densa, y por ello más difícilmente nadable - es como correr sobre arena o barro-. Los repetidos intentos de franqueo le hacen perder condición y desgastan inútilmente la energía que acumuló para invertirla en la reproducción.	FUERA DEL AGUA El sábalo no incluye el salto entre su repertorio de comportamientos, a diferencia de otras especies como los barbos o salmones. Es por ello difícil sorprenderlo fuera del agua, aunque sólo sea en parte y fugazmente. Es el caso de esta fotografía, en la que un sábalo en migración se debate ante un obstáculo que no puede franquear.
ESCALA Y AZUD Numerosas escalas tienen un diseño inadecuado para el sábalo. Es el caso de la margen izquierda del río Guadiana en el azud de la Granadilla. Conforme remontan, habiendo ignorando la entrada de la escala, los ejemplares la rebasan hasta alcanzar el azud. Aquí su migración queda detenida por un obstáculo de altura infranqueable. Es el caso de estos dos sábalos (abajo, a la izquierda), que al migrar se ven cercados por escala y azud.	LLEGAN MÁS SÁBALOS Conforme la migración progresa, más sábalos alcanzan el azud sin haber conocido la entrada de la escala piscícola, aguas abajo. Un pez migrador siempre buscará la corriente de aguas arriba. Su situación acaba siendo peligrosa, pues su voluntad de remontar tropieza con un muro inabordable, situación en la que se ven expuestos en aguas someras. A la predación, como es el caso de la nutria o las garzas reales, y a la pesca mal entendida por el hombre (ignorando la legislación vigente).	LA ACUMULACIÓN Las migraciones reproductivas piscícolas que remontan los ríos afrontan el desafío de las infraestructuras humanas, con frecuencia con malos resultados para la conservación de la biodiversidad. La acumulación de poblaciones migradoras bajo un obstáculo –en la foto sábalos en el río Guadiana ante el azud de la Granadilla– es un evidente síntoma de que algo no está funcionando como debiera. Y debe ser un estímulo para seguir buscando mejores soluciones.
SÁBALOS POR EL DESAGÜE La escala de la margen derecha del azud de la Granadilla (río Guadiana) es de un diseño (ralentizadores planos) inadecuado para los sábalos, que no la utilizan. Pero los desagües de ambas compuertas, que la circundan, parece que sí. Su llamada, producto de las pérdidas de dichas compuertas, es lo suficientemente poderosa para atraer a los sábalos, que entran en los desagües y recorren el interior del sifón hasta detenerse ante las mismas. Un camino alternativo, un nuevo fracaso.	EN EL DESAGÜE Una vez en el desagüe, los sábalos suelen permanecer largos periodos en su interior. Sobre todo en años secos, la corriente de agua los atrae como la luz a las moscas, aunque sea precisamente la luz lo que falta dentro del sifón.	EN EL DESAGÜE Permanecer en este ambiente artificial prolongados periodos de tiempo desgastará inútilmente la energía que acumularon para migrar y frezar, y finalmente morir en la mayoría de los casos. Sólo la nueva generación merece la pena tamaño esfuerzo y sacrificio. En este caso será inútil.
EN EL DESAGÜE Este ejemplar muestra evidentes signos de estrés y desgaste de la condición corporal con su aleta cauda hemorrágica.	EN EL DESAGÜE Como el anterior, la aleta caudal y también la dorsal están enrojecidas por hemorragias signo de una mala condición corporal	LA PESQUERA Aguas arriba de la ciudad de Badajoz, el azud de la pesquera fue reconstruido recientemente, restaurando un antiguo obstáculo roto en varios tramos. El diseño del nuevo azud, con una altura considerable y un perfil descendente (tipo Creager), imposibilita el remonte de cualquier especie piscícola. Sea nadadora o saltadora. Los sábalos (sombras en la parte inferior), ignoran la entrada de la escala situada justo aguas abajo, y se acumulan ante este obstáculo infranqueable.
MOLINO DE LOS MOSCOSO El muro reconstruido del molino da paso a un salto de agua. Largo y recto, tiene la altura suficiente para que cualquier tipo de pez, sea nadador o saltador, grande o pequeño, no pueda rebasarlo. Sin embargo, el caudal vertido es bastante competitivo respecto a las otras fuentes del azud (el canal de los Ayala y el propio río Guadiana), atrayendo a peces migradores. Los sábalos de la fotografía se acumulan ante un muro infranqueable.	SÁBALOS BAJO EL MOLINO Estos sábalos forman parte de la población que intenta remontar el río Guadiana a nivel del azud de la Pesquera a través del molino de los Moscoso. En este lugar se acumulan por cientos, exponiéndose en un lugar muy accesible y frecuentado (ver pestaña “Amenazas”).	AGUAS TURBULENTAS Las aguas turbulentas y aireadas que caen de los azudes presentan retos frecuentemente insalvables para la migración pre-reproductiva del sábalo. Nadar en ellas es como correr sobre arenas movedizas. Sus continuos intentos de franqueo culminan invariablemente en fracaso, pues los azudes suponen desafíos más allá de las capacidades de la especie.
REMONTE IMPOSIBLE Puesto que los sábalos no saltan, intentan rebasar los obstáculos como si de un rápido se tratara, es decir nadando. En aguas someras y con pendiente. Pero los azudes generan unas condiciones físicas que están más allá de las capacidades de una especie adaptada a rebasar rápidos, no azudes.	REMONTE IMPOSIBLE Aunque más allá de sus capacidades, los sábalos intentan una y otra vez remontar una pendiente imposible. No sólo por la pendiente, la delgada lámina de agua apenas cubre la cuarta parte inferior del pez. Es por ello que tras el impulso inicial el pez terminará cayendo sobre un costado antes de retornar aguas abajo.	REMONTE IMPOSIBLE Dos sábalos asoman más allá de las turbulentas aguas producto del azud del Molino de los Moscoso (río Guadiana). El escaso nivel del agua, fuerte pendiente y largo del azud les hará fracasar en su intento de remonte durante su migración pre-reproductiva.
LLAMADA NO RECIBIDA Entrada de la escala (derecha) de margen izquierda del río Guadiana, aguas abajo del azud de la Granadilla (al fondo). El sábalo que migra curso arriba (abajo, a la izquierda), recibe una fuerte llamada de la corriente que viene del azud, frente a la cual la llamada de la escala es residual. El resultado es el que cabe esperar: los sábalos rebasan la entrada de la escala hasta alcanzar el azud, donde se agolpan inútilmente; mientras, el uso de la escala es irrelevante.	EXPLORANDO LA ENTRADA Un sábalo explora la entrada de la escala de margen izquierda del azud de la Granadilla, en el río Guadiana a la altura de la ciudad de Badajoz. Siendo este un hecho muy raro, más infrecuente será que remonte la escala. Ningún evento de este tipo en años de observación continuada demuestran la ineficiencia de esta escala con esta especie.	PASANDO DE LARGO Estos sábalos remontan el río Guadiana ignorando la escala de margen izquierda del azud de la Granadilla, en Badajoz. Como se explica en las fotografías anteriores, la mayor parte de la población ignora la entrada aguas abajo, remontando curso arriba mientras existe la posibilidad. Esto es al fin y al cabo lo que hará un pez migrador siempre que tenga la oportunidad.
EN RESUMEN Esta fotografía resume un escenario demasiado frecuente: sábalos se aproximan a un obstáculo insalvable con un paso piscícola inadecuado para la especie. No pasarán. Escala de margen derecha del azud de la Granadilla, en el río Guadiana en Badajoz.	¿ESPERANZA? En la temporada 2014 inició su andadura una nueva escala en el cauce central del azud de la Granadilla. ¿Funcionará? En 2014 no observé uso alguno, pero en 2015 sí remontaron algunos sábalos (abajo, en la fotografía, junto al estanque inferior). Por tanto parece que funciona, al menos parcialmente. Desconozco sin embargo su eficiencia: ¿qué fracción de la población migradora encuentra la escala, hace uso de ella y rebasa el obstáculo con éxito? Continuará…	¡ÉXITO! Un sábalo remonta con éxito la nueva escala central del azud de la Granadilla (arriba, a la derecha). Una buena noticia después de tantos años de bloqueo de la población del Guadiana cercada bajo este azud, y más recientemente por la presa de Alqueva. Aún queda por saber, sin embargo, la eficiencia de esta escala con esta y el resto de especies migradoras.
DE ARRIBA A ABAJO Estos sábalos deambulan justo sobre el azud de la Granadilla. El paso de aguas arriba a abajo de un obstáculo también supone una dificultad. Aunque menor, pues cuando el caudal es intenso es de suponer que algunos ejemplares lo franquean en sentido descendente.	FRACASO MIGRATORIO Los obstáculos dividen los ríos reduciendo la conectividad vertical. Una mala noticia para los peces migradores, sobre todo los anádromos, que remontan curso arriba en la búsqueda de hábitats óptimos para la freza. Siendo la reproducción la base fundamental de la dinámica de las poblaciones, este fracaso es una amenaza para la conservación de las poblaciones, y de las especies que componen. En las siguientes fotografías se muestran individuos de una población de sábalos que “naufragaron”.	MIGRACIÓN MALOGRADA Aún vivo y boqueando, este sábalo permanece en tan reducida lámina de agua que no lo sostiene, y en la que finalmente morirá. Así fracasó su intento de rebasar el azud de la Granadilla –río Guadiana en Badajoz– por su margen derecha. Fue incapaz de encontrar la entrada de cualquiera de sus tres escalas piscícolas, dispersas en más de cuatrocientos metros de azud, y con diseños tan variados como, en general, poco eficientes. Y terminó sobre el hormigón de las instalaciones.
LUCHANDO POR LA VIDA Sobre el hormigón de las instalaciones del azud de la Granadilla, un sábalo se debate intentando retornar al río Guadiana. Acabó aquí en un intento de remontar aguas arriba, para reproducirse en hábitats óptimos para la freza y los alevines que, en el futuro, mantendrán la población de esta especie. Sin embargo, con este regate no engañó a la muerte. Lástima, en los años de crecimiento y maduración acumuló toda la energía que pudo con este fin, pero no pudo ser.	BATALLA PERDIDA El ejemplar de la fotografía anterior, semi-varado y agotado por el esfuerzo de intentar retornar al río, se rinde y agoniza hasta morir. El sábalo en aguas tan someras que cae de lado, golpea con fuerza el pedúnculo caudal contra (en este caso) el hormigón. Con este método, sus desplazamientos anfibios son aleatorios, por lo que en algunas ocasiones retorna al río y en otras no.	LLAMADA DE SIRENA Cuando el caudal del río Guadiana es escaso, los desagües de las compuertas de margen derecha del azud de la Granadilla ejercen una llamada efectiva sobre los sábalos (también barbos, carpas, etc.). A diferencia de la escala instalada entre ellos, que no es utilizada. Como el canto de las sirenas, estas falsas llamadas no conducirán a los peces más que a la extenuación. Y en el caso de los sábalos, al naufragio que supone una muerte sin haber culminado su fin último de la reproducción.
EN RUTA DE COLISIÓN Como si de un accidente de tráfico en cadena se tratase, estos sábalos “colisionaron” en su ruta de migración curso arriba con un obstáculo inesperado. Viajando en grupo, quedaron varados uno tras otro en la repisa inferior (e interior, tras la caída de agua) característica del diseño del azud de la Granadilla, localizado en el curso del río Guadiana medio. De forma similar a cetáceos varados en la playa, su orientación malograda por interferencias humanas, morirán en este lugar.	VARAMIENTOS Los sábalos varados dentro del azud de la Granadilla se suceden, día tras día, se descomponen y son lavados hasta el río por la pequeña corriente de agua interior.	VARAMIENTOS Vista desde la margen de un sábalo varado en el interior en forma de “C” del azud de la Granadilla, río Guadiana medio en Badajoz.
VARAMIENTOS Visa desde el interior de un sábalo varado en el interior en forma de “C” del azud de la Granadilla, río Guadiana medio en Badajoz.	VARAMIENTOS Sábalo varado sobre la plataforma de las instalaciones (desagües y escala) anexas al azud de la Granadilla, río Guadiana medio en Badajoz.	CAMINO CORTADO Un sábalo recorre el interior de uno de los desagües de la margen derecha del azud de la Granadilla, mientras otros dos yacen muertos en derredor. En su continuo intento por remontar curso arriba, la falsa llamada del desagüe constituye un camino cortado que explorarán repetidamente. Disminuyendo así su condición corporal hasta agotar sus energías, y morir sin haber satisfecho sus objetivos reproductivos.
MORTANDADES Las instalaciones del azud de la Granadilla son causa y testigo de pequeñas mortandades piscícolas repetidas en temporada de migración. En esta fotografía, docenas de sábalos muertos resultado de un intento infructuoso de remontar el azud desde la margen, pasando por encima de la somera plataforma de hormigón con desagües. Y pasando –valga el juego de palabras– de la escala piscícola de ralentizadores planos, no apta ni para esta especie ni el resto de las presentes en el río Guadiana.	IRONÍAS DEL DESTINO Irónicamente, este sábalo moribundo –exhausto tras repetidos e infructuosos intentos de rebasar el azud de la Granadilla– es arrastrado por la corriente junto a la entrada de la escala piscícola que, cuando remontaba, no supo ver. Tampoco le hubiera sido de gran utilidad, pues tiene un diseño de ralentizadores planos más apto para salmónidos, totalmente inadecuado para peces con otras capacidades natatorias, o que migran en grupo.	FALSA CONFIANZA La instalación de escalas en obstáculos trasmite la falsa confianza de restablecer las migraciones piscícolas. Esta visión optimista es producto de observaciones puntuales, pero suele desinflarse ante un riguroso estudio de funcionamiento. La acumulación de peces bajo el obstáculo, y de cadáveres al final de la reproducción, son dos evidencias contundentes. Las fotografías que siguen son ejemplo de lo segundo: el sábalo en azudes del Guadiana medio. Margen izquierda del azud de la Granadilla.
ESCALADA FALLIDA Este ejemplar de sábalo remontó el río Guadiana en 2015, y supo encontrar la escala recién instalada (2014) en el centro del azud de la Granadilla. También remontó varios de sus estanques, pero no dio con la salida superior. Agotado, acabó muriendo dentro de la escala.	LLAMADA NO RECIBIDA La reciente escala de margen derecha del azud de la Pesquera está situada en el curso del río Guadiana medio, aguas arriba de la ciudad de Badajoz. En la cabecera de un subcauce con escaso caudal, y por tanto con una limitada llamada, es poco accesible a los peces migradores. La escasez de sábalos muertos al final del periodo migratorio y reproductivo es un síntoma más de su baja eficiencia.	FOTO RESUMEN Esta fotografía, tomada en la margen derecha del azud de la Granadilla, ilustra el problema. Un obstáculo insalvable, una escala inadecuada y un sábalo que no encontró la forma de remontar. Una gran parte de los sábalos muere tras reproducirse, por lo que la aparición de sus cadáveres no es el problema. Sin embargo, su frecuencia ante un obstáculo es un síntoma evidente de la fragmentación que este produce.
Sábalo muerto en el río Guadiana bajo el azud de la Granadilla.	… y en este otro tramo más cercano a la margen derecha	… y en este subcauce de margen izquierda
… y en este otro subcauce de margen izquierda	…y en los subcauces centrales.	MUERTE NATURAL A partir del mes de mayo, las márgenes del río Guadiana se tiznan de blanco con los cadáveres de sábalos. La energía que acumularon en sus primeros tres o cuatro años de vida fue invertida en migrar y reproducirse. Esta energía está amortizada, en el mejor de los casos con éxito. Su condición corporal mengua paulatinamente hasta apenas permitirles mantener la posición. Finalmente sobreviene la muerte para la mayoría, pero no todos, los ejemplares. Sólo algunos se reproducirán el próximo año…
Iniciado el mes de junio, el cadáver de un sábalo muerto fue arrastrado por el río Guadiana hasta varar en una isla de grava. El lugar se encuentra en el cauce central, del conjunto de sub-cauces en que se divide el río, aguas abajo de la ciudad de Badajoz. Al fondo se vislumbra el azud de la Granadilla.	Tras más de dos meses de migración, los sábalos empiezan a mostrar evidentes síntomas de desgaste. Estos dos ejemplares se encuentran muy delgados, y uno de ellos presenta una herida.	Detalle de un sábalo muy delgado, fotografiado en el mes de junio.
Los grandes esfuerzos -como la migración- deprimen el sistema inmune y hacen el organismo más vulnerable a parásitos y enfermedades. Este sábalo parece verse intensamente afectado por micosis.	Sábalo con numerosas heridas o ulceraciones.	Sábalo con heridas o ulceraciones, y la aleta caudal hemorrágica.
Sábalo numerosas heridas en diversas partes del cuerpo.	Un sábalo moribundo se debate en la superficie del agua. Incapaz de mantener la posición vertical, se ve arrastrado por la corriente curso abajo.	Detalle del ejemplar de la fotografía anterior, con evidentes síntomas de deterioro.
Al final del periodo reproductor, la mayoría de sábalos se encuentra tan agotado que acabará muriendo. Mientras flotan moribundos, con frecuencia la corriente del agua los vara en la orilla. En este estado su condición corporal se encuentra tan mermada que pueden ser capturados a mano, aún vivos, como ilustra esta fotografía.	El sábalo de la fotografía anterior, tremendamente delgado y débil, es devuelto al agua. Probablemente morirá este mismo día.	En el Guadiana medio, los sábalos muertos que esporádicamente salpican las orillas forman una imagen frecuente a partir de la segunda mitad de mayo, todo el mes de junio, y en la primera mitad de julio. Es un proceso natural, producto de la enorme inversión de energía que estos individuos hicieron en la migración y la reproducción. Aunque triste, en esta imagen de muerte hay que ver el origen de la nueva generación, que poblará los ríos con una especie asombrosa.

	AVES CARROÑERAS Una gaviota sombría joven aprovecha el cadáver de un sábalo para alimentarse. Se trata de carroñeo, ya que esta especie no tiene la capacidad de depredar sobre ejemplares del tamaño de los adultos de sábalo.	AVES PREDADORAS Las ardeidas, como esta garceta, se encuentran entre los predadores del sábalo que nada tras ella. La garzeta captura peces de menor tamaño, pero la garza real puede ingerir adultos.
MAMÍFEROS PREDADORES La nutria hace su agosto durante las migraciones piscícolas, aprovechando los lugares donde los peces se acumulan. Sobre todo en el mes de junio, cuando los sábalos agotados deambulan sin energía, moribundos, pero aún vivos. Numerosos cadáveres de sábalo revelan rastros del festín de una nutria, que prefiere comer la musculatura dorsal y caudal.