Iberia bajo el agua dulce                             fotografía de peces y otros organismos de agua dulce en su hábitat

Pequeños y muy vivaces, los calandinos fueron mi primer reto de fotografiar peces en su hábitat. Aprendí mucho con ellos, a utilizar una estrategia de seguimiento distinta de la de un predador, que es lo más natural. Esta fue mi primera fotografía decente, hecha en el río Gévora.

Un calandino a media agua, donde busca activamente el alimento. Los calandinos recorren casi todo tipo de hábitats, siguiendo una estrategia oportunista, probando toda partícula viva o no que se desplace en el agua.

El calandino es tan abundante y ocupa tan variados hábitats que ofrece numerosas oportunidades de fotografía, a diferencia de otras especies.

Las fotografías en el río, fuera del acuario, son particularmente atractivas. La luz, el movimiento de los ejemplares, el fondo, son completamente distintos.

Los calandinos muestran morfologías muy variadas, algunos como este son bastante compactos y rechonchos.

Este ejemplar por el contrario, tiene una cabeza más recortada.

La luz natural es tan variada que posibilita casi infinitas variedades de iluminación. Con el tiempo he aprendido a apreciarlas, a buscar la variedad, la diferencia.

Hay calandinos que me hacen dudar, por su morfología más compacta parecida a la de los cachos.

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Casi me vuelvo loco con el balance de blancos hasta que tuve en la mano un ejemplar dorado. Es el color que adoptan algunos calandinos, y también cachos, aunque es bastante infrecuente. Una curiosidad interesante.

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En contadas ocasiones los ríos permiten fotografías casi libres de sólidos en suspensión, como si de un acuario se tratara.

Las fotografías con gran angular forzando el aumento pierden calidad, como en este caso. Elegir la óptica adecuada para el objetivo de la inmersión es fundamental.

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En algunas ocasiones, el pez parece fijar la mirada en el fotógrafo, atento a lo que está haciendo. ¿Quién observa a quién?

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Este alevín de calandino de apenas 20-25 mm me dió bastante guerra hasta que conseguí un buen plano. Lo fotografié en una pequeña jabonera transparente de Ikea (no, no me patrocina). La calidad óptica es bastante deficiente, pero este pequeño acuario permite aproximarte a ejemplares muy pequeños.

Un joven calandino deambula por la orilla del río. Dándome la oportunidad de fotografiarlo. Los ejemplares pequeños son muy vivaces y huidizos, difíciles de fotografiar.

En la cabecera de una poza en verano, varios jóvenes peces se desplazan al unísono. En este caso, un calandino en el centro se ve rodeado por una trucha a la derecha y por dos barbos comunes.

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Este ejemplar me permitió una fotografía de aproximación de gran calidad. Permite ver los tubérculos nupciales que muestran los machos en periodo reproductor. El detalle expone su distribución por cabeza, escamas y aletas.

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Un pequeño acuario (en realidad una jabonera transparente de Ikea) permite grandes acercamientos. Las escamas de los peces, tan distintas entre especies, muestran una gran variedad de tonos y de brillos.

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La fotografía permite observar con detenimiento el comportamiento de los peces. Este calandino ramonea sobre las algas que crecen en la vegetación anfibia del río Jerte.

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Los calandinos tienen una extraordinaria capacidad para explotar hábitats con fuerte corriente, pese a su pequeño tamaño. Tuve que hacer numerosos intentos en un rápido, con el pecho contra el fondo. para captar esta imagen en movimiento.

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Tras mucho luchar por obtener la máxima aproximación a los peces que fotografío, he encontrado un gran placer estético en fotografías más alejadas que muestran su entorno, sobre todo la lámina de agua.

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Esta fotografía permite apreciar los diferencias entre un cacho, en primer plano, y un calandino. Especies que, por lo demás, se relacionan de una forma muy interesante.

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Creo que es mi primera foto de calandinos, hecha en el acuario de casa con negativo y mucha dificultad. Sosteniendo el flash con una mano y persiguiendo a estos vivaces peces por todo el acuario.

Una de mis primeras fotografías de calandino en un pequeño acuario hecho al efecto. El fondo es un póster de un paisaje terrestre con rocas. Cuando aún no tenía equipo subacuático había que recurrir a la imaginación.