Los azudes ofrecen un paisaje que atrae las miradas del público, sobre todo cuando crean grandes saltos de agua. Este es el caso del azud de la Granadilla, en el río Guadiana en Badajoz. Desde una distancia prudente y con una actitud respetuosa, permiten disfrutar del paisaje sin causar impactos en el río y sus habitantes.	La accesibilidad al río junto al azud y las escalas incita la curiosidad de los ciudadanos, que se acercan a contemplar el espectáculo del agua, y los animales. En este caso, numerosos barbos bloqueados por el azud de la Granadilla (sombras oscuras), permanecen en torno a la escala de margen izquierda que no han utilizado.	El acceso es muy muy cercano, tanto al azud como a la escala.
En el azud de la Pesquera, también en el río Guadiana en Badajoz, grupos de personas contemplan a los peces saltando repetidamente contra la barrera.	Sin embargo, el propio azud y las escalas piscícolas instaladas en este, tiene otros usos sociales menos respetuosos...	Hay imágenes que no sé cómo interpretar. Dos adultos se maravillan ante el inesperado espectáculo de numerosos barbos que frezan bajo el azud. Al alcance de la mano. Sin perturbarles que los niños se entretengan apedreando a los animales (???!!!).
Grupos de personas se acercan ante el azud y la escala, para contemplar a los peces. Estos se asustan y huyen inquietos, ante el dilema de continuar la migración frente a la proximidad de potenciales depredadores.	Las excursiones al lugar llegan a ser populares entre los jóvenes.	Cuando el calor aprieta, este entorno tiene además otros usos más lúdicos. Este grupo de jóvenes disfruta del río, y de la propia escala.
Y parece muy divertido...	Las excursiones dejan huella.	Otra señal del paseo.
Y de un agradable amanecer a la vera del río, junto a la escala de margen derecha del azud de la Pesquera.	Las escalas piscícolas pueden tener usos de lo más variopintos.	Muy, muy variopintos.
Disfrute para todos. Este perro bebe agua, recorre la zona, y persigue a los peces que se encuentra en su camino.	El propio azud, en las aguas bajas de la primavera-verano, según años, puede ser recorrido de lado a lado. Los peces acumulados dan muchas oportunidades de divertimento.	El baño, tomar el sol y la pesca se combinan entre azud y escala, en un lugar muy sensible para la migración piscícola.
Algunos comportamientos, como este, pueden ser muy peligrosos. Ya han causado víctimas en el azud de la Pesquera.	Y también las ha habido en el azud de la Granadilla.	Otros comportamientos pueden calificarse directamente de vandalismo. Estos chavales recorren el azud y las escalas, apedreando y apaleando todo bicho viviente. Que en la mayor parte de los casos son peces migradores agolpados contra el azud, y reproduciéndose en los rápidos ante este.
El grupo no deja títere con cabeza. Los chavales de la izquierda buscan los peces que se esconden entre la vegetación, una técnica muy tradicional.	Los peces se acumulan ante el azud de la Granadilla, y saltan intentando rebasarlo. Se encuentran en desventaja en un periodo muy sensible. No parece que sea el mejor lugar para practicar la pesca deportiva.	Sin embargo, parece ser un lugar muy apetecible.
Aunque este pescador practica la pesca sin muerte, en este caso de sábalo, no es este el lugar más adecuado, ya que están migrando y se encuentran bloqueados por el azud de la Granadilla.		Tampoco se libra el azud de la Pesquera.
Ni el molino de los Moscoso.	Pesca y escalas piscícolas, una mala combinación para los peces migradores.	Me llama la atención ver carteles como este en escalas alejadas de poblaciones y con escaso acceso, y por el contrario estar ausentes de las escalas más accesibles desde mayores poblaciones.
Más sensibles son aún las zonas del azud con escalas piscícolas instaladas.		Las imágenes de pesca se multiplican cuando el tiempo empieza a ser bueno.
	En el entorno de la escala de margen izquierda del azud de la Granadilla la pesca se hace frecuente.
Hasta en la misma entrada de la escala.
Más sensible aún es la pesca desde las propias escalas piscícolas. Aunque no se dirija a ellas, pues suelen ser ineficientes, desalientan la posible entrada de peces cuando más lo necesitan.	En este caso en la escala de margen derecha del azud de la Granadilla.
En la misma escala.	Notar que se pesca hacia afuera, no hacia adentro de la escala.	En la escala y el azud.
Imágenes como esta se repiten día tras día.		Captura de un barbo desde la escala.
Mientras los peces intentan rebasar el azud (salto al fondo), este pescador hace su agosto pescando desde la escala.	Cuando los peces se acumulan (y no entran por la escala), el número de pescadores se multiplica. El objetivo no es deportivo sino económico, la venta de peces para su uso como cebo para la captura del cangrejo rojo. Un complemento para algunas economías precarias.	Junto a la escala central del mismo azud.
Igual, en el otro lado.	Desde la escala de margen izquierda del mismo azud.	Como la anterior. Una jornada bien aprovechada.
	En la escala de margen derecha del azud de la Pesquera.	En la escala de margen izquierda del mismo azud.
	Como la anterior. Pesca y deporte.	Notar el acúmulo de materiales en la escala además del pescador, en la misma escala anterior.
Las instalaciones del azud de la Granadilla tampoco se libran. Este pescador prueba suerte junto a las compuertas, que pierden agua y atraen algunos peces.	La rejilla del suelo que cubre la salida de la escala del azud de la Granadilla ha sido levantada. En contadas ocasiones los peces la utilizan, y se acumulan en la cámara superior. Allí mueren o bajan de nuevo. Y allí son capturados.	Junto a la escala de margen izquierda del azud de la Granadilla, este pescador prueba entre los numerosos barbos (sombras oscuras) que permanecen bloqueados. Tranquilamente.
En este lado de la misma escala, otro pescador practica su afición ante multitud de barbos acumulados.	Imposibilitados de proseguir con su migración curso arriba, la población de barbos soporta la presión pesquera. ¿Puede haber imagen más antideportiva?	También se puede enseñar a las nuevas generaciones a hacer lo incorrecto.
La reproducción de los peces en lugar tan sensible -notar la freza de barbos tras ellos- no parece desalentar este tipo de comportamiento.	Todavía peor es utilizar artes ilegales en lugares tan sensibles para los peces. Como es este caso ante el molino de los Moscoso.	O este ante el azud de la Granadilla.
Afanados están estas criaturas, poniendo la red en todo lugar con peces acumulados bajo el azud de la Granadilla.	O pescan ante el azud con salabre.	O directamente capturar los peces acumulados bajo el azud a pedradas.
Recorrer el río buscando los peces bloqueados por el azud, una actividad al parecer bastante entretenida.	Los peces se ocultan entre la vegetación de la orilla, una oportunidad para su captura. Notar la escala que está detrás.	Si cabe aún peor es molestar a los peces dentro de las escalas. Una imagen rara por su escaso uso, pero aún existente.
Estos chavales creo que están capturando alburnos, una reciente adquisición del Guadiana, dentro de la escala de margen izquierda del azud de la Granadilla.	Tampoco parece importar el bloquear la entrada de la escala, no entiendo muy bien con qué finalidad.	¡Cuánto trabajo habrá costado poner ese tronco en este lugar! Y ¿con qué fin? ¿El baño?
Otra configuración. La anterior parece que no nos gustó del todo.